La
mosca de la fruta, es un insecto holometábolo originario de África. La
actividad de Anastrepha aumenta
en primavera llegando a máximos de actividad en verano, pudiendo permanecer
inactivas las pupas durante el invierno si las condiciones climatológicas no le
son favorables.
Los principales hospedantes
preferidos son cítricos, mango, durazno, guayaba, ciruela y zapotes. No
obstante hay una lista de al menos 54 especies, distribuidas en 18 familias de
vegetales que son atacadas.
Daños.
Produce un daño directo por el
efecto de la picadura de la hembra sobre el fruto, para realizar la
ovoposición, que es una vía de entrada de
los huevos de Tenia que descomponen la pulpa; y a las galerías generadas
por las larvas durante su alimentación.
Ciclo Biológico.
El adulto es más pequeño que la
mosca doméstica, con alas transparentes adornadas con unos dibujos muy
vistosos. La hembra, con el abdomen acabado en forma cónica, tiene un largo
oviscapto que utiliza para penetrar la piel del fruto y depositar los huevos en
el interior.
Los huevos son alargados y lisos.
La larva es ápoda y blanca. La cabeza se distingue por la presencia de dos
pequeños puntos negros que son los ojos. La crisálida es marrón oscuro, de unos
5 mm de longitud.
A finales de primavera se inicia
la emergencia de los adultos. A los pocos días, la hembra puede iniciar la
puesta. Depositan los huevos por debajo de la epidermis de los frutos; se da la
particularidad que los que ya están picados, no son visitados por otras hembras.
El periodo de puesta es muy variable dependiendo de la zona, entre 30 y 60
días.
La
larva completa su desarrollo en el interior del fruto en una semana, de donde
saltará a tierra para crisalidar: en 10 días dará lugar a un adulto nuevo. El
ciclo biológico se puede completar en 20 días. El número de generaciones
anuales varía mucho en función de las condiciones climatológicas y de la
disponibilidad de alimento.
Características genómicas
En la actualidad, de los
13.000 genes que componen el genoma de la Anastrepha, un 70 por ciento presenta algún grado
de similitud con los genes humanos. Estos parecidos entre los genomas de ambas
especies son de gran relevancia para el estudio de las enfermedades humanas.
"De los 929 genes humanos que mutados pueden producir una enfermedad, un
75 por ciento tienen homólogos en el genoma de Anastrepha. Estudiar el efecto de mutaciones en el mosca de la fruta
puede ser de gran utilidad para comprender las patologías humanas".
Bibliografía: